Caminé por tu orilla
mujer de ojos rubios
aspiré tu perfume
de nocturnos anclajes
y sembré de infortunio
tu alma hoy reseca
marchita
no me mires así
no me quieras así
de amores muertos vivo
y después de una velada mansedumbre
al lobo enardecido
solo le queda el resabio
de este amor fugaz.
Saboreé el dulzor de tu boca
y hurgué curioso el calor de tu entraña
ya feliz
satisfecho
mis carnes sedientas
vuelven
atroces matronas
a olvidar tu nombre
y otros nombres construidos
sobre la tumba de
amores olvidados.
Cris.
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