Expiación
Ciénaga gris
melancólica
de aguas turbias
anhelo
de caricias
bautismales
tristeza
deshecha en poesía
gritando
aquello que nunca
podremos expiar.
Abrir la puerta de mi casa es todo un desafío. Mi casa y mi corazón. Y no es necesario usar llaves. En este pequeño lugar del universo no son necesarias porque aquí está todo a flor de piel: olores, sabores, murmullos, gritos y silencios. Luces y sombras de ciudades y desiertos. La vida, el amor y la muerte. Y las palabras como hilo conductor. Sólo las usaremos para abrir, si fuera preciso, diminutos cofres de confidencias, sueños y locuras varias compartidas con todos ustedes.
Bienvenidos a casa!
Cris.
1 comentario:
Quiza el "bautismo" del amor paciente y tierno logre derrotar la tristeza y expiar lo impronunciable.
Quiza entonces la poesia sonría desde la deserción de la melancolía.
Hermoso poema
rm
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