domingo, 30 de noviembre de 2008

Detrás de la puerta...

Detrás de la puerta…
tal vez encuentre
un par de patines oxidados
y el globo azul pinchado.
Un caramelo de dulce de leche
y la canción del sapito glo, glo, glo.
El libro de primer grado
y la rosa seca de Pedro.
Las medias con puntillas
y el vestido rojo de terciopelo.
La luna amarilla en la terraza
y los helados de banana.
Encontraré, tal vez,
olvidados en mi almohada
besos con cuentos de hadas.
Guantes de primera comunión
y la bicicleta verde en el pasillo.
Una mano grande
anidando mi mano pequeña.
Charcos de agua jabonosa
sobre el patio fresco de verano.
Malvones rojos, rosas
en macetas pintadas a mano.
Quizás encuentre esa voz dulce
diciendo si
y una voz fuerte diciendo no.
Encontraré la adolescencia agitada
el amor simple de un amigo
y el amor apasionado de ese otro.
Tal vez encuentre
sueños en la palma de mi mano.
Llantos. Y caídas. Y resurrecciones.
La forma de tu cuerpo
siendo uno con el mío.
Tu saliva y mis lágrimas
y los sueños renaciendo en otras vidas.
Al fin encontraré, tal vez,
la madurez acompañada
en la sigilosa sombra de tu mirada
y tus brazos,
donde cicatrice heridas
que otros antes provocaron.
Detrás de la puerta…

3 comentarios:

Nanu dijo...

Cris
que bueno tenerte de vuelta!!!!!!

que bueno este conjuro de recuerdos guardados detrás de una puerta y que todavía queden puertas por abrir.

Te veo el jueves que bueno!!!!

Cristina dijo...

Gracias Nanu!!! Nos vemos el jueves.
Besitos.

Anónimo dijo...

Detras de la puerta encontraste estas palabras para abrir el pasado y reconciliarlo en esta "madurez acompañada" y compartida de miradas y abrazos.
Sincero y profundo.
Yo

Soledad

Soledad
CRUZAGRAMAS: un grupo de escritores en busca de alternativas
Abrir la puerta de mi casa es todo un desafío. Mi casa y mi corazón. Y no es necesario usar llaves. En este pequeño lugar del universo no son necesarias porque aquí está todo a flor de piel: olores, sabores, murmullos, gritos y silencios. Luces y sombras de ciudades y desiertos. La vida, el amor y la muerte. Y las palabras como hilo conductor. Sólo las usaremos para abrir, si fuera preciso, diminutos cofres de confidencias, sueños y locuras varias compartidas con todos ustedes.
Bienvenidos a casa!
Cris.