Se acodó despacio en la mesa grasienta.
Habló su sonrisa desdentada
y pidió un descafeinado.
Arremangó su camisa deslucida
y sacó del bolsillo desecho,
la desdicha que necesitaba
para describir su último poema.
Habló su sonrisa desdentada
y pidió un descafeinado.
Arremangó su camisa deslucida
y sacó del bolsillo desecho,
la desdicha que necesitaba
para describir su último poema.
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